“Por favor, no más… ¡No quiero vivir más!”
Alicia tiene 40 años, está casada con Francisco y tiene dos hijos, uno de 10 y otro de 8. Hace un año le diagnosticaron un carcinoma de cuello uterino, en estadio avanzado. Recibió radioterapia, quimioterapia y posteriormente fue operada. Estos tratamientos no lograron erradicar su enfermedad.
En el último mes el deterioro físico de Alicia ha sido notorio. Le resulta imposible atender a sus hijos y el esposo no maneja bien su enfermedad. Ha tenido dolores intensos que la obligan a volver al hospital, donde comprueban que los síntomas se están agravando. El médico propone una nueva operación.
Alicia se rehúsa: “Por favor, no más… ¡No quiero vivir más!”
Mientras los médicos analizan como proceder con Alicia, la psicóloga del área se acerca a su habitación, se sienta a su lado y la mira a los ojos:
– «Alicia, soy Laura, la psicóloga del equipo de Cuidados Paliativos. Sé que estás sufriendo y tienes mucho dolor, quizás aceptes que te ayudemos a aliviarlo…» Las palabras de Laura, junto a su lenguaje gestual, le permitieron a Alicia, por primera vez, sentirse comprendida.
– «No puedo más! El dolor es insoportable.. Hay tantos problemas en casa.. Mis hijos sufren«Llora desconsoladamente.
– «Nadie va a hacer nada que tu no apruebes. Estás agotada emocional y físicamente. Sientes que los problemas superan tus fuerzas. Podemos ayudarte a controlar tu dolor, y si lo aceptas, podemos también conversar con tu familia…»
Alicia acepta. El equipo estima prioritario el alivio del dolor y la comunicación con la familia.
Con los síntomas controlados, regresa a casa. El trabajo coordinado por el equipo paliativo permite facilitar una comunicación más abierta entre la paciente, familiares y profesionales.
La preocupación prioritaria de Alicia era el cuidado de sus hijos. Junto con la psicóloga y la trabajadora social, se pudo organizar un mejor sistema de los cuidados, adaptado a los recursos psicosociales de la familia.
El equipo continúa acompañando a Alicia hasta su muerte. En los últimos días, los niños pueden manifestar sus sentimientos, y Francisco enfrenta la situación asumiendo las responsabilidades.
En encuentros posteriores con Francisco y los niños, durante la etapa inical del duelo, no aparecen signos de alarma.
Actualmente el 60% de las muertes prematuras a nivel mundial son a causa de enfermedades terminales, ydentro de este valor solo 1 de cada 10 personas reciben cuidados paliativos. La necesidad de este tipo de atención seguirá aumentando como consecuencia de la creciente carga que representan las enfermedades no transmisibles y el proceso de envejecimiento de la población en los sistemas de salud(OMS, 2015).
¿Qué son los Cuidados Paliativos?
Es la asistencia brindada por un equipo interdisciplinario (médico, enfermera, psicólogo, trabajador social, fisioterapeuta, nutricionista, consejero espiritual) con el objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes que sufren enfermedades avanzadas y/o terminales y de sus familias, controlando el dolor y otros síntomas y proporcionando apoyo psicológico desde el momento del diagnóstico hasta el final de la vida, y posteriormente durante el duelo, a la familia.
Este tipo de atención no busca prolongar ni acortar la vida. Busca priorizar las necesidades del enfermo e identifica sus preocupaciones. Trabaja conjuntamente con la familia, quien además de ser fundamental en el acompañamiento, necesita a su vez de soporte. Identifica los recursos que poseen, tanto el paciente como sus familiares, y les enseña nuevas herramientas que ayudan a manejar emociones, pensamientos y conductas, reduciendo así la sensación de impotencia e incertidumbre y aumentando la percepción de control sobre la realidad que viven.
Son muchos los enfermos que podrían verse beneficiados por estos cuidados. Los más importantes por su alta prevalencia a nivel mundial son los pacientes con enfermedades cardiovasculares, cáncer, enfermedades respiratorias crónicas, sida y diabetes.